sábado, 6 de octubre de 2018

TRASTORNOS DE LA ALIMENTACIÓN


Los trastornos de la alimentación son afecciones graves que se relacionan con las conductas alimentarias que afectan forma negativa la salud, las emociones y la capacidad de desempeño en áreas importantes de la vida. Los trastornos de la alimentación más frecuentes son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, y el trastorno alimentario compulsivo.
La mayoría de los trastornos de alimenticios se caracterizan por fijar excesivamente la atención en el peso, la figura corporal y la comida, lo que causa conductas alimenticias peligrosas. Estas conductas pueden tener una repercusión considerable en la capacidad del cuerpo para obtener la nutrición adecuada. Los trastornos de la alimentación pueden causar daños en el corazón, el aparato digestivo, los huesos, los dientes y la boca, y puede conllevar en otras enfermedades.
Con frecuencia, estos trastornos se manifiestan en la adolescencia y los primeros años de la adultez, aunque pueden aparecer a otras edades.

SÍNTOMAS

Los síntomas varían en función del tipo de trastorno de la alimentación. La anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno alimentario compulsivo son los trastornos de la alimentación más frecuentes.


ANOREXIA NERVIOSA
La anorexia nerviosa, denominada «anorexia», es un trastorno de la alimentación potencialmente mortal que se caracteriza por un peso corporal extremadamente bajo, un gran temor a aumentar de peso y una percepción distorsionada del peso o de la figura corporal. Las personas con anorexia hacen todo lo posible por controlar el peso y la figura corporal, lo que frecuentemente afecta de manera importante la salud y las actividades cotidianas.
Cuando tienes anorexia, limitas en exceso la ingesta de calorías o usas otros métodos para bajar de peso; por ejemplo, te ejercitas de forma desmesurada, tomas laxantes o suplementos dietéticos, o vomitas después de comer. Los esfuerzos para bajar de peso, incluso cuando el peso corporal es bajo, pueden causar problemas de salud graves al punto de morirse de hambre.
BULIMIA NERVIOSA
La bulimia nerviosa, llamada frecuentemente «bulimia», es un trastorno de la alimentación grave y potencialmente mortal. Cuando padeces bulimia, tienes episodios de atracones que incluyen la sensación de pérdida de control sobre tu alimentación. Muchas personas con bulimia también restringen lo que comen durante el día, lo que suele causar más episodios de atracones y purgas.
Durante estos episodios, es normal que se consuma una gran cantidad de alimentos en un tiempo corto, para luego intentar deshacerte de las calorías extra de una manera poco saludable. Debido a la culpa, la vergüenza y el temor intenso a aumentar de peso por comer en exceso, puedes provocarte vómitos, puedes ejercitarte desmesuradamente o puedes usar otros métodos, como los laxantes, para deshacerte de las calorías.
Si existe bulimia, probablemente el peso y la figura corporal se la mayor preocupación, y tal vez se tome con severidad y dureza los defectos que son producto de la autopercepción. 
CUÁNDO CONSULTAR AL MÉDICO
Un trastorno de la alimentación puede ser algo difícil de controlar o de superar. Los trastornos de la alimentación prácticamente pueden tomar el control de tu vida. Si tienes alguno de estos problemas, o crees tener un trastorno de la alimentación, busca ayuda médica.

CONVENCERLO QUE BUSQUE TRATAMIENTO
Lamentablemente, muchas personas que sufren trastornos de la alimentación pueden creer que no necesitan tratamiento. Si estás preocupado por un ser querido, convencelo que necesita ayuda de un médico. Aunque tu ser querido no esté listo para reconocer que tiene un problema con la comida, puedes iniciar el camino expresando tu preocupación y tu deseo de escuchar.
Presta atención a los hábitos de alimentación y a las creencias que pueden indicar conductas poco saludables, así como a la presión de grupo que puede desencadenar los trastornos de la alimentación. Las señales de alerta que pueden indicar la presencia de un trastorno de la alimentación, estas son:
- Poner excusas para no comer.
- Adoptar una dieta demasiado restrictiva.
- Centrarse excesivamente en la alimentación saludable.
- Prepararse los alimentos, en lugar de comer lo que la familia come.
- Alejarse de las actividades sociales.
- Preocuparse o quejarse continuamente por estar gordo y hablar sobre cómo bajar de peso.
- Mirarse con frecuencia al espejo para buscar defectos.
- Comer reiteradamente grandes cantidades de dulces o de alimentos con alto contenido de grasas.
- Tomar suplementos dietéticos, laxantes o productos herbarios para bajar de peso.
- Ejercitarse en exceso.
- Ir al baño durante las comidas.
- Durante una comida o refrigerio, comer una cantidad mucho mayor de lo que se considera normal.
- Expresar depresión, enojo, vergüenza o culpa respecto de los hábitos de alimentación
Comer a escondidas.
CAUSAS
Se desconoce la causa exacta de los trastornos de la alimentación. Al igual que con otras enfermedades mentales, puede haber muchas causas, estas podrían ser:
- Genética y biología. Algunas personas pueden tener génes que aumenten el riesgo de presentar trastornos de la alimentación. Los factores biológicos, como cambios en las sustancias químicas del cerebro, pueden tener una función en los trastornos de la alimentación.
- Salud psicológica y emocional. Las personas con trastornos de la alimentación pueden tener problemas psicológicos y emocionales que contribuyen al trastorno. Pueden tener autoestima baja, perfeccionismo, comportamientos impulsivos y relaciones problemáticas.
FACTORES DE RIESGO
Las adolescentes y las mujeres jóvenes son más propensas que los adolescentes y los hombres jóvenes a tener anorexia o bulimia; sin embargo, los hombres también pueden tener trastornos de la alimentación. Aunque los trastornos de la alimentación pueden ocurrir en un intervalo de edad amplio, suelen manifestarse durante la adolescencia y poco tiempo después de cumplir 20 años.
Ciertos factores pueden aumentar el riesgo de tener un trastorno de la alimentación, entre ellos:
- Antecedentes familiares. Hay una probabilidad significativamente mayor de que los trastornos de la alimentación ocurran en las personas cuyos padres o hermanos hayan presentado un trastorno de este tipo.
- Otros trastornos de salud mental. Las personas con un trastorno de la alimentación suelen tener antecedentes de trastorno de ansiedad, depresión o trastorno obsesivo compulsivo.
- Dieta y hambre. Estar a dieta es un factor de riesgo de padecer un trastorno de la alimentación. El hambre afecta el cerebro e influye en los cambios del estado de ánimo, la rigidez en el pensamiento, la ansiedad y la reducción del apetito. Existen pruebas contundentes de que muchos de los síntomas de un trastorno de la alimentación en realidad son síntomas de hambre. El hambre y el adelgazamiento pueden cambiar la manera en la que funciona el cerebro en personas vulnerables, lo cual puede perpetuar las conductas alimentarias restrictivas y dificultar el regreso a los hábitos alimentarios normales.
- Estrés. Ya sea que vayas a la universidad, te mudes, consigas un nuevo trabajo o tengas un problema familiar o de relación, los cambios pueden generar estrés, lo que tal vez aumente tu riesgo de tener un trastorno de la alimentación.
COMPLICACIONES
Los trastornos de la alimentación pueden causar diversas complicaciones, algunas de las cuales son potencialmente mortales. Cuanto más grave sea o más dure el trastorno de la alimentación, más probable es que se presente complicaciones graves,estas podrían ser:
- Problemas de salud graves.
- Depresión y ansiedad.
- Pensamientos o conductas suicidas.
- Problemas con el crecimiento y el desarrollo.
- Problemas sociales y en las relaciones.
- Trastornos de consumo de sustancias.
- Problemas laborales y escolares.
- Muerte.
PREVENCIÓN
Si bien no hay una manera segura de prevenir los trastornos de la alimentación, a continuación te damos algunas estrategias para ayudar a modificar las  conductas alimentarias saludables:
- Tener en cuenta que realizar una dieta de manera estricta puede generar inconvenientes en la salud, se debe estimular la alimentación equilibrada con porciones razonables.
- Es fundamental que corregir toda percepción equivocada que se tenga de uno mismo y pensar en lo riesgos de hacer elecciones alimentarias poco saludables.
- Evita criticar tu cuerpo. Los mensajes de aceptación y respeto pueden ayudar a construir una autoestima y una resiliencia saludables. 
- Busca ayuda de un medico, en los controles de rutina se puede identificar de manera temprana los trastornos alimenticios.
Nota: Si notas signos de un trastorno de la alimentación en un familiar o un amigo, considera hablar con dicha persona sobre tu preocupación por su bienestar. 

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