jueves, 27 de septiembre de 2018

HIPERTENSION Y SUS CUIDADOS


Es la elevación de los niveles de presión arterial de forma continua o sostenida. Para entenderlo mejor es importante definir la presión arterial. El corazón ejerce presión sobre las arterias para que éstas conduzcan la sangre hacia los diferentes órganos del cuerpo humano. Esta acción se conoce como presión arterial. La presión máxima se obtiene en cada contracción del corazón y la mínima, con cada relajación.

Causas de la hipertensión


Hipertensión: ¿por qué es un factor de riesgo?
La hipertensión supone una mayor resistencia para el corazón, que responde aumentando su masa muscular (hipertrofia ventricular izquierda) para hacer frente a ese sobreesfuerzo. Este incremento de la masa muscular acaba siendo perjudicial porque no viene acompañado de un aumento equivalente del riego sanguíneo y puede producir insuficiencia coronaria y angina de pecho. Además, el músculo cardiaco se vuelve más irritable y se producen más arritmias.
En aquellos pacientes que ya han tenido un problema cardiovascular, la hipertensión puede intensificar el daño.
Propicia la arterioesclerosis (acúmulos de colesterol en las arterias) y fenómenos de trombosis (pueden producir infarto de miocardio o infarto cerebral). En el peor de los casos, la hipertensión arterial puede reblandecer las paredes de la aorta y provocar su dilatación (aneurisma) o rotura (lo que inevitablemente causa la muerte).

¿Cómo afecta la presión arterial al cerebro?
Cuando las arterias se vuelven rígidas y estrechas, el riego sanguíneo resulta insuficiente y provoca la aparición de infartos cerebrales (accidente vascular cerebral isquémico). La elevación de la presión arterial también puede causar la rotura de una arteria y ocasionar una hemorragia cerebral (accidente vascular cerebral hemorrágico).
¿Cómo afecta la presión arterial a los riñones?
La hipertensión causa rigidez en las arterias que suministran la sangre a los riñones. Pero también perjudica al propio riñón, lo que puede desembocar en una insuficiencia renal que incluso requiera diálisis. Por otro lado, si el riñón resulta dañado se puede producir un aumento de la presión arterial.

¿Cómo afecta la presión arterial a otros órganos?
Si afecta a las arterias de las piernas causa dolor al caminar.
Si daña las arterias de la retina provoca alteraciones en la visión.

Hipertensión: diagnóstico
- La hipertensión arterial no produce síntomas y puede pasar inadvertida.
- Es más frecuente a partir de los 40 años, aunque puede aparecer a cualquier edad.
- Hay predisposición familiar, aunque se da también en personas sin antecedentes.

¿Cómo se mide?
La presión arterial se mide mediante unos aparatos llamados esfingomanómetros, popularmente conocidos como tensiómetros. Para que la medida obtenida sea correcta debes seguir una serie de indicaciones:
-     Como la presión arterial cambia a lo largo del día y de la noche, haz la medición siempre a la misma hora.
- Busca una habitación tranquila, sin ruidos ni interrupciones.
La persona a medirse la presión arterial debe estar relajado. No beber, comer, fumar ni hacer ejercicio físico la media hora anterior.
-     Debe mantener descanso 5 minutos antes de la toma.
-     Debe estar sentado cómodamente.
-    Coloque el brazalete dos o tres centímetros por encima del codo. Deja la palma de la mano boca arriba y el codo lígeramente flexionado a la altura del corazón.
-     Maneter el silencio durante la medición.
-     Apunta los valores obtenidos para informar a tu médico.

¿Cuáles son los niveles normales de presión arterial?
Presión arterial normal. Los niveles de máximos de presión arterial sistólica (máxima) están entre 120-129 mmHg, y las de diastólica (mínima) entre 80 y 84 mmHg. Cifras más bajas también pueden considerarse normales, siempre que no provoquen ningún síntoma.

Presión arterial normal-alta. Las cifras de presión arterial sistólica (máxima) están entre 130-139 mmHg, y las de diastólica (mínima) entre 80-89 mmHg. En personas diabéticas, los niveles superiores a 140/85 mmHg también se consideran altos.

¿Existe la presión arterial compensada?
- Se puede hablar de presión arterial alta, normal o baja, pero nunca de compensada o descompensada. A nivel práctico, estas tres posibilidades resultan negativas:
-Tener elevada la presión máxima (sistólica) o la mínima (diastólica).
- Tener elevadas tanto la mínima como la máxima.
- Tener una alta y la otra baja también es malo.

Hipertensión: tratamiento y prevención
El mejor tratamiento de la hipertensión es una buena prevención que evite su aparición. Para ello es fundamental seguir un estilo de vida saludable:
- No fumes. El tabaco aumenta la presión arterial y la frecuencia cardiaca. Además, las personas hipertensas fumadoras multiplican el efecto perjudicial del tabaco. Dejar de fumar tiene unos efectos positivos superiores a cualquier medicación para la hipertensión.
- Cuidado con el alcohol. El consumo moderado de alcohol (un vaso de vino al día en las comidas) puede ser beneficioso, pero si es excesivo provoca el incremento de la presión arterial y otras alteraciones perjudiciales el corazón y otros órganos.
- Controla tu peso. El sobrepeso es una causa de hipertensión. Bajar de peso reduce la presión arterial y disminuye el riesgo cardiovascular y de diabetes.
- Ejercítate. La realización de ejercicio físico regular consigue bajar las cifras de presión arterial. Además, aumenta la masa muscular y la capacidad de esfuerzo, ayuda a controlar el peso y logra disminuir el riesgo cardiovascular.
- Mantén una dieta saludable. Los hipertensos deben disminuir el consumo de sal en los alimentos. También es necesario consumir frutas, verduras, legumbres, frutos secos, pan y otros cereales. Por último, usar aceite de oliva como grasa principal e incrementar la ingesta de aves y pescado en detrimento de las carnes rojas.

Tratamiento farmacológico. Si eres hipertenso no puedes conformarte con las recomendaciones anteriores, ya que es posible que debas seguir un tratamiento farmacológico. Los resultados no siempre reflejan una reducción inmediata de la presión arterial, así que es necesario esperar un poco antes de plantearle al médico un cambio de medicación. Los fármacos antihipertensivos están agrupados en varios tipos:
- Diuréticos.
- Inhibidores del sistema renina angiotensina (IECA).
- Antagonistas de los receptores de angiotensina (ARA-II)
- Calcioantagonistas.
- Betabloqueantes.
- Asociación de fármacos.

Los pacientes que siguen un tratamiento antihipertensivo deben tener en cuenta estos consejos:
- Aunque la presión arterial se haya normalizado no hay que dejar de tomar la medicación nunca.
- Cumplir estrictamente el tratamiento e intentar mantener siempre el horario de ingesta de las pastillas.
- Consulta al doctor si el tratamiento no obtiene resultados, ya que a veces es necesario asociar varios fármacos para controlar la presión arterial. Revisa también la dieta por si algún alimento (por ejemplo, la sal) está impidiendo el efecto antihipertensivo de la medicación.
- El tratamiento debe mantener una estrecha relación con el estilo de vida saludable.

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